viernes, 28 de julio de 2017
jueves, 20 de julio de 2017
...vamos a jugar a que yo era el que te lanzaba piedritas a la ventana para que nos fuéramos en moto hasta la carretera.
Los vaqueros que llevabas te contorneaban más que la vida misma.
No llevabas ese dije.
Salíamos de prisa.
El aire frío nos golpeaba en la cara hasta ponernos duros los cachetes.
Ya íbamos a 130 kms. por hora.
En nuestra cabeza las canciones de Metallica nos acompañaban;
lo que nuestros padres pensarían de este "escape" no nos molestaba, lo que para nosotros era todo sin pensar en la palabra "viaje".
Respiraba y tenía esa sensación de cuando le rezongué por primera vez a mi madre,
tus brazos en mi torso me hicieron libre de todo.
¡Ahora ya nada importa, que se joda este mundo!.
Nos sentíamos rebeldes.
Eramos almas sin dueño, porque ya somos nuestro propio dueño....
...te miro,
y sí,
lo compruebo,
ha pasado mucho tiempo.
(Sonrío).
...Aunque todo esto
sólo pasaba
por nuestra mente...
-Ellos estaban encerrados en lo que parecería una jaula de pericos-.
-Horacio Chirino
jueves, 6 de julio de 2017
martes, 4 de julio de 2017
20 años y todavía se sonrien mirándose
a los ojos.
Se besan,
se comparten el cigarro,
para ser exactos tres al día, antes era la cajetilla.
El trae la misma chamarra de cuero,
ella el mismo tinte en el pelo,
y, aunque ellos no se toman de la mano,
recuerdan cuando se conocieron bailando un rock and roll en el Sean Paul;
donde lo que importaba era que tocaran tu canción y el aguante hasta las 5 de la mañana.
Se dice que a una mujer la deja encantada un chico seguro de sí mismo, a ella esa noche, la dejó paralizada su intento de ritmo y su timidez al hablar apesar de sus pelos parados, pantalones negros y la finta punk que traía de arriba hacía abajo.
Saben que ya les queda bien la palabra viejos,
pero, ella se fija en el espejo y no se resigna a que sus líneas de expresión se expresen de
todas esas desveladas caminando abrazados por las calles o bailando ebrios sobre el toldo de un coche, sonríe y deja que el pasado
le envuelva la cabeza;
a él sólo le importa otra botella
(y tres besos de ella).
Uno los mira y causan intriga de saber cuánto
durará- ya no digamos el amor,
pero sí de sus corazones latir.
-Horacio Chirino
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