viernes, 24 de febrero de 2017




Mira a esos vestidos del mismo color,
no metas las manos a tu chaqueta y date valor 
de no acordarte de ese verano azul,
tira el cigarro,
sabes que duele.

Mira aquellos tomándose fotos, 
posando como en portada de una de esas revistas,
respira, ya los has dejado atrás.

No es suficiente con ser joven, 
comer chocolates y escuchar canciones
que terminen en alucinaciones, 
porque lo sabes.

¿Quién te dijo que era así?
Esa idea era de aquella pelicula 
de amor de los 90's.

Prendes fuego a todas esas imágenes 
en tu cerebro; 
las cenizas tal vez las saques por los ojos
o las vomites al excusado.

De regreso al comienzo.

Mira a esos con su música vintage,
quieres bailar pero no hay nadie solo.

Mira, 

derrepente ya está a tu lado.

Lo sabes...


Ya están bailando....


     -Horacio Chirino






jueves, 16 de febrero de 2017

“Mi abuela tenía una teoría muy interesante; decía que todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.”


-Estracto de
 "Como agua para Chocolate"
Laura Esquivel

viernes, 10 de febrero de 2017





Nadie me dijo que cuando iba a llegar 
a ésta edad, comenzaría a tomar ciertas cosas 
que se vuelven parte de mi, 
cosas de las que uno ni sabe, las cuales aparecen de la nada, como sí alguien apretara un botón rojo que dice "apretar cuando se llegue a ésta edad". 
Nadie dice cuáles cosas, cómo son, cómo tomarlas, en qué forma vienen o incluso de qué color son, solo te hechan al ruedo y que suelten al toro, 
y lo único que traes para defenderte eres tú 
y las palabras de alguien en la tele diciendo: 
toma al toro por los cuernos.

Hasta que un día o una noche se aparece, sin aviso, sin querer, derrepente, viene y lo tomo 
en una plática hasta llegar a una pelea, en esperas que no llegaban a la hora, 
en canciones de madrugada, 
en esos "ya estás grandecita" 
y en búsquedas que se acumulaban 
para encontrarlas.

También lo tomé en forma de amor, de amor a ese chico de color cafe y no lo digo 
porque era serio, sino es que así era su piel, 
y me dí cuenta que él no era lo que yo pensé,
que de en vano eran las canciones de Cigarrettes after sex que salían de mi mente cuando lo volteaba a ver, porque ya ves, 
tomé a alguien que no volaba conmigo, 
andaba en otra historia y leyendo esa historia 
me tuve que tragar el coraje 
con las veces que pensé e intenté decirle: 
después de ahorita, ¿qué vas hacer?.

Y lo tomé con la tarde en que supe que ella para ser la más bonita se subía la falda.

Lo tomé esa vez cuando leí en aquel periódico 
que las plantas también tenían derecho a decirle adiós al sol, y cómo no, por más débil que seas 
no puedes depender y menos morir con un cabrón, mejor con dignidad 
y terminar en hojas para hacer un buen té.

Lo tomé en tequila cuando murió mi inocencia la primera vez que lo probé y no lo niego, 
cuando gasté de más comprando esos tacones que quería que viera y no llegó, los cuales uso para ir 
a ese lugar en el que un día voy a llegar 
y si se me llega a cruzar preguntarle que sí ya encontró su amor de verdad.
Suena raro y no es venganza,
pero nadie me dijo que así eran las cosas, 
sólo decían que tomara al toro por los cuernos.



        -Horacio Chirino


sábado, 4 de febrero de 2017



¿Dónde has estado últimamente?

¿Dónde ha quedado la memoria 
de tu sentimiento?

¿Será que escaparon las mariposas 
de tu estómago?

Mirate al espejo
y contestale;
o será que te ha comido la lengua 
el gato o el ratón,
para mi que los dos porque son rivales
o tal vez se te ha ido la inspiración viendo a todos esos amores,
pero escrito entre comillas,
porque los verdaderos amores escrito 
al final con la imagen en tu cabeza 
de dos acurrucados entre las cobijas mirando el atardecer lluvioso, 
no existen;
son solo tomados de la mano
o ilusos pensando en cómo se ven entre la gente.

Ahora creo que la curiosidad mató al gato,
dime o mejor escribe: 
¿Dónde has estado últimamente?

O será que el ratón también se ha robado tu lápiz?


  -Horacio Chirino





jueves, 2 de febrero de 2017




Las palabras que le salen del pecho, 
el sudor perlado, lo rojo de la cara 
y el corazón hinchado;
son cosas que sin querer se le salen cuando lo ve esperando 
y mirando al reloj para que llegue 
la hora de que se encuentren,
por eso (tú) siempre llega temprano.


-Horacio Chirino