-Nunca volví a verlo.
…Abrió la puerta. Sonreí.
El burrito está contento.
¡Hermano, basura robó herencia!
Yo no tenía gato…
Viene América, metiendo servicio…
En esa curva morí.
¡Oigan, aiuuuda, escucho borroso!
“Luz etérea, sombras danzantes”
-Nunca volví a verla.
-Horacio Chirino
MAR:
Cuando todo haya pasado,
cuando haya bajado las maletas,
cuando el reflejo del sol en mi piel,
en mi cara, en mis brazos,
en mi espalda,
se haya ido y esté en mi cama dormido, en la calle entre tantos carros
o entre tanta gente mirando y ruido sonando;
quiero que me guardes en un rincón de ti, en una orillita tuya para estar feliz.
- Horacio Chirino
Me da miedo que sea el amor de un día,
que sea de un día, de un minuto, de un instante, de un momento.
Me da miedo que dure eso, que dure una vista y cerrar de ojos,
que dure sólo un dedo encima del mío y luego lo quite,
un roce de codo y se retire.
Me da miedo que dure esperanza y luego se marche incertidumbre.
Me da miedo que el miedo sea por enamorarme, porque sea el indicado,
porque sea lo que sea termine en la cama de alguien que no sea ese.
Me da miedo que el amor nunca llegue y se me acabe el tiempo.
Y solo sea, sea que quede ese.
-Horacio Chirino
Érase una vez, una vez que quizo ser
y no fue,
andaba en una historia.
-Horacio Chirino
…Y se encontró con su yo perdido.
Estaba hasta el fondo de su ropero, hasta atrás de las chamarras, debajo de los abrigos. A un lado, estaban las fotografías de hace años, una libreta y su pluma con una crema para curar los raspones heridas y quemónes.
Salió sosteniéndose de la puerta y del cajón de poco en poco, primero un pie y luego el otro; y después fue recogiendo los pedacitos de su corazón hasta llegar debajo de la cama, el pedazo más grande estaba debajo de su zapato favorito. Ese que lo andaba con prisas.
Ya todo en su lugar y juntado.
Tiró a la basura el reloj que le media el ritmo…
- Horacio Chirino
