jueves, 29 de diciembre de 2016
Con un cigarro en la mano y un mezcal
para celebrar estaba dichoso al ver que por fin ella estaba en su cama desnuda, sin maquillaje
o máscaras, sin su armadura, sin nada;
pero no para hacer lo que todos piensan cuando
dos están a solas en una alcoba sobre la cama
(y no precisamente dormir)
sino más bien, para hacerle lo que siempre
se imaginó cuando la tenía de cercas
o pasaba a lado de ella,
y en el peor de los casos, cuando la veía alejarse
dejando atras ojos caídos,
por fin la tenia ahí
para mirarla desde adentro
y decirle que ese adentro le va bien
con lo que se le ve de lejos y para hacer con ella poemas que no pasaran de los no me acuerdo
al olvido;
ahí estaba para sentirla, para intercambiar letras, caricias, fotografias, canciones
y experiencias.
Para hacer algo real como nada antes.
Para liberarse de la crisis que le agobiaba
todas las noches y dedicarle una luna
de muchas,
darle su almohada.
Con un cigarro en la mano y un mezcal
para celebrar estaba dichoso al ver que por fin ella estaba en su mente...
-Horacio Chirino
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