No tengo nada,
ni para un cigarro.
Le dije a alguien que me prestara
pero no quiso;
me asomé al puerco que tengo como alcancía
pero no había nada.
Ni un quinto,
busqué en mi saco y encontré
una carta del 69
y no tenía remitente
ni nada.
Lo recuerdo
ese día no tenía ni palabras,
mi cara se caía de cansancio,
¿de qué?
de andar buscando al de amarillo
casi a las 8
¿de qué?
del tiempo que no es verano
porque a estas alturas ya no tenemos estaciones,
ni su rastro
ni nada.
-Horacio Chirino
No hay comentarios.:
Publicar un comentario