lunes, 30 de diciembre de 2019





Yo me merezco 
que ellos se abracen 
por todas las noches que no 
se abrazaron, que se miren 
no de vez en cuando, 
que se pasen el chicle, 
que se ayuden a dormir contándose las ovejas, 
pero antes: que sus ideas giren en la cabeza de ella; que él en cueros mire al vacío en medio de la oscuridad mientras sólo le acompañe su flash, y sólo después: que se esperen en la esquina. 
Total: que se apoyen en la mesa.











-Horacio Chirino





























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