lunes, 11 de abril de 2016

Cada vez me da más la impresión de que el pasado es un lugar mucho más inseguro e inestable que el futuro. 

¿Aquello que he dejado tras de mí debería ser lo seguro, lo cerrado, lo que ha sido, lo que espera ser contado, mientras que aquello que me aguarda –el futuro- está por conformar? 

¿Y qué pasa si también puedo darle forma a mi pasado? ¿Qué pasa si únicamente a partir de un pasado al que se le ha dado sentido se puede formar algo así como un futuro abierto?

-Joachim Meyerhoff en “Que todo sea como nunca fue”, 2013.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario